Por: Antonio Cruz de BlasFotos: Flor de María CorderoCon que gusto se reunieron ex reporteros del periódico
unomás
uno; del viejo
unomás
uno, cabe precisar. Por lo menos a uno se le rasaron los ojos por la emoción de ver nuevamente a viejos compañeros y amigos. No era para menos, había quienes tenían varios años de no verse.
Uno a uno los trabajadores de la tecla arribaron hasta conocida cantina de la colonia Escandón, donde se realizó el reencuentro. Primero ocuparon una mesa, luego otra… finalmente juntaron cinco mesas para el convivio.
“¿Y quién convocó?”, preguntó alguno. “Fue idea de Renato Consuegra”, respondió otro.
Alguien más terció que “fue el unomásuno; los recuerdos de aquel ambiente de auténtica hermandad que se vivía en la elaboración del periódico y el hecho de haber pertenecido a un medio tan emblemático y vanguardista, que realmente influía en los círculos políticos y servía de enlace entre éstos y la sociedad, como lo fue el
unomás
uno”.
La pregunta obvia, por lo menos entre aquellos cuyos nombres desaparecieron de las páginas de la prensa escrita: “¿Y dónde andas ahora?”.
Jorge Espíndola, por ejemplo, ex colaborador de Fernando Belmont en el suplemento
unoguía, coordina la sección de finanzas en un diario de Morelos.
“¿Y tú, Torres?”, preguntó Antonio Cruz a Salvador Torres. “Pues yo estoy en editorial patria, coordinó a los autores de libros para secundaria y bachillerato, entre otros”, respondió con su característico acento norteño el incisivo ex reportero de la fuente de cine.
Le decían el vato. Y cómo lo alucinaban los compañeros de talleres cuando le tocaba cerrar la edición de Ciencia, Cultura y Espectáculos. Y es que cuando el formador en turno le decía “oye vato, a esta nota le sobra un párrafo, córtaselo”, el aludido le decía de inmediato: “nooo, carnal, ahorita lo resuelvo”; y se ponía a releer el texto para buscar una por una las palabras, inclusive las letras que pudieran omitirse del texto, lo que no sólo irritaba al formador, sino que prolongaba el cierre de la mencionada sección.
Dicho trabajo de edición no hubiera tenido mayor complicación, si se hubiera hecho por computadora, pero eran tiempos en que la tecnología aún no llegaba al unomásuno y tenía que hacerse a mano, con cutter y regla. “No mames, Torres, ya es bien tarde”, decía el Gus; ‘orita lo arreglo”, respondía el mentado Torres, pero no permitía que le mutilaran las notas de su sección, los textos de sus compañeros.
Al respecto, Rubén Vázquez cuenta que eso era parte del ambiente que se vivía en el diario. Y es que en aquellos años los reporteros tenían libertad para defender sus notas, “así fuera ante el director del periódico”.
Situaciones como esa eran frecuentes en el ambiente de trabajo que se vivía en Correggio 12, donde se encontraban las instalaciones del diario, en la colonia Nochebuena Mixcoac. Más aún, dicha defensa de las notas no se observaba sólo en talleres, ya que, como mencionó Rubén Vázquez, en ocasiones los reporteros discutían fuerte con el sub director, inclusive con el director, para defender sus notas.
LA CÁMARA DE FOTOS FINASAl calor de bebidas espirituosas o simple refresco y en un ambiente de alegría y fraternidad, las anécdotas fluyeron una tras otra, como las relacionadas con las consabidas novatadas.
El propio Rubén Vázquez recordó la broma que le hicieron cuando ingresó al periódico. “Yo empecé como auxiliar en la sección de deportes”, dijo. “En los primeros días, el entonces coordinador, don Ramón Márquez, me mandó con Aarón Sánchez (jefe de Fotografía) para que le pidiera la cámara de fotos finas. Aarón –le dije-, dice don Ramón que por favor le mandes la cámara de fotos finas; que recuerdes que en México sólo existen dos y unomásuno es propietario de una de ellas”. El fotógrafo captó la broma, pero sólo esbozó una sonrisa y mandó a Rubén a la mesa de redacción, donde don Carlos Narváez le dijo que fuera con el gerente, Alberto Konic, que él la tenía. Y ahí va Rubén…
Pero cuando Rubén le dijo al gerente que no encontraba la presunta cámara de fotos finas, el administrador “se puso tal encabronada que de inmediato se levantó de su sillón y se dirigió a la coordinación de Deportes. Iba furioso.
Al llegar, sin más, le reclamó al coordinador: Oye, Ramón, como que no encuentran la cámara de fotos finas. Ya ni la chingas. Esa cámara es carísima. Te hago responsable, si esa cámara de pierde tú la vas a pagar”.
Ramón Márquez, quien ya hasta se había olvidado de la broma, tardó algunos segundos en comprender de lo que hablaba el gerente, hasta que soltó una estruendosa carcajada. “Tranquilo, Alberto, le hicimos una novatada a Rubén (Vázquez) y tú eres el pendejo que cayó en ella; no existe esa cámara de fotos finas, jajaja”.
Otra novatada memorable es la que solía hacer el reportero Antonio Vázquez a los flamantes auxiliares de la Redacción. Le marcaba por teléfono a uno de ellos desde la oficina del jefe de redacción.
- ¿Bueno, fulano?
- Sí, él habla
- Soy el médico del periódico y necesito hacerte un examen médico. Nada más que en este momento no me encuentro en el diario y es urgente hacerte el examen, así que lo vamos a hacer por teléfono ¿correcto?.
- Está bien, señor.
El presunto galeno empezaba a darle instrucciones al auxiliar para hacer 20 sentadillas, respirar hondo, ponerse el auricular a la altura del corazón para tomarle el ritmo cardiaco, subir y bajar a la carrera las escaleras tres veces, etcétera; mientras el inocente jovenzuelo hacia todo lo que se le pedía ante la risilla cómplice del resto de los reporteros.
LOS QUE SE ADELANTARON EN EL CAMINOEn la reunión, desde luego, se recordó a dos de los compañeros que recientemente se adelantaron en el camino: Amalia Frías Santillán y Jorge Luis Espinosa, reporteros de economía y de literatura, respectivamente.
“Jorgito fue quien te rebautizó como Cruz de Blues, vato ¿te acuerdas?”, dijo en corto Salvador Torres a Antonio Cruz de Blas, quien respondió: “no, mi Torres, no lo sabía, pero que grato saberlo, un recuerdo más del Georgie Boy”.
Alberto Carbot, actual director de la revista Gente Sur, propuso que se instituyera la reunión cada año, si no en la fecha de aniversario de unomásuno, por lo menos en los primeros días de diciembre. La propuesta fue bienvenida y se acordó dar a conocer la fecha por correo electrónico.
Alegría Martínez, ex coordinadora de Cultura, quedó de llegar a la cita, según Salvador Torres, “pero tal parece que se le junto la chamba en el Conaculta (donde ahora se desempeña como funcionaria de prensa)”.
Luis Gastélum, también ex coordinador de Cultura, estaba enterado de la reunión, aunque quizá no le dio tiempo de venir desde Veracruz.
Los asistentes: Alberto Carbot (director de la revista Gente Sur), Fernando Ramírez de Aguilar, mejor conocido como El Gordoche (reportero de El Financiero), Salvador Torres (editorial Patria), David Cano, Renato Consuegra (director de la agencia Difunet, Carlos Duayhe (único fundador de
unomás
uno presente), Miguel Badillo (director de la revista Contralínea), Aarón Sánchez, Rubén Vázquez, Flor de María Cordero, Ricardo del Muro, Jorge Saavedra, Alfredo Jiménez, Miguel Angel Asturias, Francisco Javier Hernández, Esteban Solano, Carlos y Jorge Espíndola Hernández, Luis Jorge Gallegos (fotógrafo), Lourdes Martínez (ex jefa de personal), Esperanza Mazariegos, Carlos Rivero, Sergió Guzmán (conductor junto con Ramón Márquez de un programa deportivo que se transmite los domingos a las 08 de la mañana por Estadio W, 730 de am), Francisco Gómez (reportero de justicia en El Universal), Georgina Vázquez, Ivonne Melgar (reportera de Excélsior y el canal de televisión Cadena 3).
Los demás tienen falta.
LOS INVOLUCRADOS:
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