jueves, 16 de julio de 2009

Primera Comunión de Mariana


Por: Antonio Cruz de Blas

Mariana se ruborizó y esbozó una sonrisa, como quien se siente descubierta, cuando el sacerdote le recordó uno de los pecados capitales más frecuentes en la niñas (y niños) de su edad: la pereza.

“¿Cuántas veces no regresan de la escuela –cuestionó el presbítero– y se duermen toooda la tarde?; o cuando les piden hacer algo en casa, siempre se quejan: ‘¡ay!, todo yo”. Por eso la exhortó a luchar contra la apatía y la negligencia, ya que de ello dependerá su crecimiento personal en la vida.

Lo anterior durante la ceremonia religiosa por la Primera Comunión de Mariana Cruz Cruz, realizada el pasado 15 de noviembre en el templo de La Inmaculada Concepción, en Tláhuac.

Sus padrinos María Minerva Cruz Velázquez y Roberto Parra Miranda le hicieron entrega de un cirio, La Biblia y un Rosario, cuyo bello significado, lo mismo que el de todos los Sacramentos, fue explicado por el párroco.

En el acto, Mariana estuvo acompañada, desde luego, por su padres, Katia Miroslava Cruz Velázquez y Antonio Cruz de Blas; su pequeño hermano, Leonardo Antonio, además de su abuela, tías, tíos, primas y primos por línea materna.
El primer encuentro espiritual de Mariana con Nuestro Señor Jesucristo también fue motivo de una fiesta, que se efectuó en el domicilio de la familia Cruz Cruz, en Santiago Tepalcatlalpan, Xochimilco. Familiares y vecinos acudieron para felicitar a la flamante Cristiana por tan grande acontecimiento. El festejo fue amenizado por DJ Zurdo, quien puso a bailar hasta al más tullido



 
































Pepillo estrenó coche


El señor José Cruz Velázquez estrenó automóvil del año. Apenas se lo entregaron en la agencia automotriz, se fue a presumirlo a todos y cada uno de sus nueve hermanos en visita a sus respectivos domicilios. En esta foto aparece frente a la casa de su hermana Katia (quien captó la imagen).

Claudia Alvarez Rosales festejó sus XV Años



Por Antonio Cruz de Blas

Qué fiesta tan bonita le hicieron a Claudia Alvarez Rosales con motivo de sus xv años.

Sus padres, Jorge Alvarez y Juana Rosales, no escatimaron recursos para festejar como se merecía la menor y única hija de sus dos retoños. La misa se llevó a cabo al mediodía en el hermoso Santuario del Señor de las Misericordias, de San Pedro Atocpan, Milpa Alta.

Ahí, Claudia escuchó con atención el mensaje del sacerdote oficiante, quien la conminó a no descuidar sus estudios, pero sobre todo, a obedecer y honrar a sus padres como hasta ahora lo ha hecho.

Posteriormente, la bella quinceañera y los poco más de cien asistentes a la ceremonia religiosa, se dirigieron a pie hasta el jardín de fiestas Cabaña Dos Pinos (donde se efectuó la recepción), llamando la atención de vecinos y turistas.

La esplendorosa festejada y sus invitados fueron acompañados en el recorrido por el Mariachi Estrellas del Sur, que prolongó su actuación por tres horas y media en el salón.

La concurrencia fue agasajada con un banquete compuesto de carnitas de cerdo, arroz a la mexicana y una estupenda ensalada de nopales.

Uno de los chambelanes le hizo una broma al papá de la quinceañera, poco antes de la ejecución del vals y otras coreografías. “Oiga, don –le dijo–, ya me siento mareado”, por lo que el segundo abrió enormes ojos y se quedó sin habla. “No es cierto, es una broma”, atajó el joven de inmediato.

El baile dio inicio a las siete de la noche, amenizado por el sonido La Bouche, que incluyó un grupo de atractivas bailarinas de reggatón, quienes fueron ovacionadas, en especial, por lo caballeros asistentes. Desde luego que no faltó el tradicional vals de Claudia y su cuadro de honor, integrado por seis chambelanes, con quienes, además, ejecutó un par de bailes modernos.

En las consabidas palabras de los padres de la quinceañera, éstos, embargados por la emoción, desearon lo mejor a Claudia y agradecieron la presencia de los invitados.

La fiesta continuó hasta después de la medianoche.
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