lunes, 28 de septiembre de 2009

KAREN LLEGÓ A LA EDAD DE LAS ILUSIONES



Por: Antonio Cruz de Blas

Karen Ríos González cumplió quince años y los dos sonidos contratados para amenizar su fiesta casi se liaron a golpes por halagarla.

El exabrupto, sin embargo, no mermó los ánimos de familiares y amigos invitados a la celebración, quienes unas horas antes se habían dado cita en el bello Santuario del Señor de las Misericordias, de San Pedro Atocpan para escuchar la Misa de Acción de Gracias en honor de la festejada.

“Empieza a disfrutar de tu juventud”, le dijo el sacerdote antes de recordarle que no deje de “echarle muchas ganas a la vida” y que tampoco se despegue de sus padres y hermanos, porque en ellos encontrará siempre un apoyo verdadero.
Y resaltó: “agradece a Dios por cada día que veas la luz”. Luego solicitó a los presentes un fuerte aplauso para Karen en ese día tan especial.

Tras el acto religioso, Karen y sus convidados, acompañados de un mariachi, caminaron hasta un salón-jardín ubicado a la entrada de San Pedro Atocpan, donde se llevó a cabo la recepción para unos 300 invitados.

Una vez ahí, mientras la concurrencia se deleitaba con una exquisita birria, el mariachi tocó a una lado de todas y cada una de las mesas y hasta hizo bailar a la quinceañera con sus chambelanes. No faltó quien, ya con una botella de tequila encima, pidió una pieza para “la familia Campos” y, por qué no, “también un aplauso” para la misma. Para despedirse, dedicó el tema ‘Bonita’ especialmente “a la reina de esta noche”.

Acto seguido, se hizo escuchar el sonido Rosmen Discoteque, junto con su espectacular ballet, cuyo animador conminó a la quinceañera para que abriera pista.
Uno no se explica cómo le hacen estos animadores para levantar a la gente de sus asientos cuando no tienen muchas ganas de bailar. De pronto, todo mundo estaba en la fiesta: bailando, aplaudiendo, bajando y subiendo mientras se contoneaban, gritando, agitando globos, tubos fosforescentes o mechuditos de papel, según los iba dirigiendo el hombre del micrófono.

No obstante la alegría de la gente, Rosmen ya no pudo llegar a la parte donde reparte sombreros a todos los de la pista y los pone a bailar norteño, debido a que el otro sonido, Sensación Latina, ya le andaba por tocar y empezó a interrumpir. Se-se-sensación latina, se escuchó cuatro veces por las dos enormes torres de bocinas, antes de seguirse con las cumbias.

El conductor de Rosmen le pidió que los dejaran terminar su set, a lo que el dj de Sensación Latina le respondió, también por el micrófono, que los habían contratado para tocar a partir de esa hora. Aquél apenas alcanzó a despedirse de la concurrencia.

Los padrinos de ambos sonidos fueron a hablar con los latinos, para que dejaran tocar a Rosmen; después de todo, ellos tenían que dirigir la sesión de valses y bailables preparados por la festejada y su cuadro de honor. Sensación Latina se disculpó y apagó su audio. “Regresamos en un momento”, dijo el pinchadiscos.

Karen y sus chambelanes ejecutaron ocho piezas, entre valses, salsa, música moderna y una bellísima versión instrumental del tema “De niña a mujer”, al ritmo de la cual fue coronada “la reina de esta noche”, como la nombrado antes el mariachi.

Eventualmente, el señor Juan Carlos Ríos Rivera, papá de Karen, tomó el micrófono para decir el consabido discurso en estos festejos. Pero ¡oh! sorpresa, al dirigirse a los invitados, lo primero que dijo fue: “no voy a decir las palabras tradicionales porque ya ¿no?”.

Añadió: “siempre he dicho que las fiestas son para acercar a la familia y las amistades. Les agradezco mucho su compañía, a mis compadres, familiares y amigos. Esta fiesta es para ustedes y, claro, para mi niña Karen”.
Su esposa, la señora Yolanda González de Ríos también tomó la palabra para dirigirse a Karen, su hija y festejada. “Sólo quiero que le eches muchas ganas y que sigas adelante”, dijo.

Karen, por su parte, agradeció a sus padres “por el esfuerzo que han para realizar mi fiesta, pero sobre todo a Dios, por permitirme llegar a este día”.

Siguieron con los valses y el resto de los bailables, para luego, entonces sí, cederle la cabina a Sensación Latina, quien puso a bailar a la gente a ritmo de salsa, mucha, pero mucha cumbia y algo de rock urbano hasta por ahí de la tres de la mañana.
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