Claudia
Rodríguez Orta y Joaquín Luna Manjarrez se casaron y se llevaron de viaje a
todos sus invitados.
La
feliz pareja de enamorados radica en la ciudad de México, pero decidieron
realizar su enlace nupcial en Ciudad Valles, San Luis Potosí, paradisiaco lugar
de origen de la novia.
Ante
la imagen de la siempre amorosa Virgen de Guadalupe, la ceremonia religiosa
tuvo lugar en el Sagrario-Catedral Diócesis de Cd. Valles, SLP, el pasado 24 de
noviembre de 2012.
Los
padrinos de Velación: el señor Alfredo Sánchez Romero y la señora Rosa Aguilar
Labastida.
TURISMO DE SOCIALES
Varios
meses antes se corrieron las invitaciones, por lo que familiares y amigos
vieron la oportunidad, no sólo de acudir
a la boda de Claudia y Joaquín, sino de darse unos días para turistear por
aquél destino turístico enclavado en la Huasteca potosina. Algunos llenaron y
viajaron en un autobús, mientras que otros hicieron el viaje en vehículo
propio.
Los
novios y sus invitados estuvieron de visita en La Cascada de Micos, en el ejido
El Platanito, así como el bellísimo parque urbano Luis Donaldo Colosio al lado
del río Valles y otros céntricos lugares de Cd. Valles.
DIA INOLVIDABLE
Durante
el acto religioso, el sacerdote les recordó a los feligreses que ése era “un
día inolvidable y sagrado”, debido a que Claudia y Joaquín “eligieron unir sus
vidas en sacramento para recibir la gracia de Dios” y los felicitó por ello.
“Dios
los bendice -añadió el presbítero-, le gusta verlos juntos y enamorados. Por eso
les da como regalo la oportunidad de estar aquí juntos”.
Y
remató: Todos quienes estamos aquí reunidos oramos (por ustedes) y les damos la
bendición”.
Acto
seguido, la chilanga banda abordó de nuevo su chilangobús y se dirigió hacia
Los Nopales, un acogedor y no menos bello salón-restaurante ubicado a la orilla
del río Valles (km. 8 de la carretera México-Laredo, Cd. Valles, SLP).
Ahí,
fueron agasajados con un suculento menú compuesto por tres diferentes entradas
por mesa (ensalada de nopales, cebiche y surimi), caldo de camarón y, como
plato fuerte, filete de pescado con camarones empanizados y al ajillo.
Todo
mundo degustó con singular apetito, excepto “Rodrigo” debido a que es alérgico
a los camarones.
El
momento fue amenizado por el grupo Ensamble Musical, que inició con el tema ‘Caminando
Contigo’, del dueto Ha-Ash, que los novios eligieron como el soundtrack de su gran
amor; desde luego que la bailaron.
Posteriormente
llegó al quité el sonido Poison con una buena dosis de música para bailar,
incluyendo algo que pretendió ser una batucada, y hacer el consabido rito de
aventar el Ramo, el liguero.
Pero
como los chilangos son insaciables y aferrados, luego de Los Nopales abordaron
su nave y se encaminaron casa de familiares de la novia, donde armaron su “after
party” hasta por ahí de las dos de la madrugada. Todos bebieron tequila y
comieron zacahuil, una especie de tamalote bastante rico. Todos excepto “el
gordo”, quien desde Los Nopales se había puesto hasta el gorro y, de plano, se
quedó bien jetón en el Chilangobús.
A
quien le cargaron carrila fue al padrino de vasos, Agustín Sánchez, ya que
dichos recuerdos, obvio, traían los nombre de los recién casados, sólo que en
el nombre del novio decía “Juaquin”
Al
día siguiente (domingo), regresaron al recalentado todos deshidratados (léase
crudos), no sin antes pasar a comprar algunas artesanías, para luego enfilarse
hacia el DF pensando el la siguiente fiesta, que será en Michoacán.
muchas felicidades
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